Luis Manuel Mariño Barrera, para todos “Manolín”, es un apasionado del cultivo del café. Esta afirmación la avala el resultado de sus sembrados donde supo crecer como campesino tratando a los arbustos con cariño, un cariño que -aseguró a este reportero- la plantación se lo agradece en cantidad y calidad, su relación con el cafetal de la finca “Pedregoso” data de 1997, año en el que solo cosechó unas 200 latas, sin embargo hoy sobrepasa las 2600 en cinco hectáreas en producción.
El secreto.
“Esto se logró gracias a un trabajo sistemático -explica Manolín- porque somos campesinos y sabemos que el trabajo es la fuente de toda riqueza, otra cosa que nos ayuda es que no nos limitamos haciendo planes, simplemente seguimos hasta donde lleguemos, ya sean 3000 o 4000.
“Todo lo que hay aquí depende de la conciencia y la voluntad del hombre, hay que tener principios, ética y deseos de trabajar, porque puede más el que quiere hacer, hay quien puede pero no quiere y ese si lo intenta no logra nada”.
El campesino no descarta la ciencia y la técnica.
“Uno le pregunta al técnico pero yo sé cuales son las normas, los tipos de hoyo, la materia orgánica que hay que utilizar, los gramos de abono de fondo, también hay que resembrar, podar, limpiar, haciéndolo así no se pasa ningún tipo de trabajo”.
Cuida el café con el mismo celo que a uno de los suyos.
“Este año se nos ha dificultado cuidar las plantas porque estos campos están cerca de la carretera y los recogedores vienen desesperados por hacer dinero debido a la propia devaluación, entonces no le tienen lástima, las perjudican, le parten gajos y el café desde que se siembra y durante toda su vida hay que cuidarlo”.
Dice Manolín que nunca se irá de su cafetal.
“Yo creo que el trabajo da salud mental, yo voy a cumplir 62 años y a mí me va a retirar la muerte, además puedo contar con la familia y eso es un gran apoyo para uno. En cuanto a mi país le voy a decir a usted esto: yo nací en esta sierra, en este municipio, vivo en este país y de aquí no me pienso ir, todos los días recuerdo lo que dijo Israel Rojas el músico, de los hombres que hoy hablan lindo y mañana tú los ve allá del otro lado hablando boberías, eso nunca lo voy hacer, mi lugar está en el cafetal”.
Luego Manolín y este servidor seguimos conversando mientras el curtido labriego iba echando miradas a los cafetos florecidos como quien aprecia lo bello, hablamos de su hijo Ingeniero Mecánico que trabaja en la Empresa Eléctrica y de su hija militar; se refirió con un cariño especial a su hermano Leonel Mariño Barrera, “los dos trabajamos juntos como uno solo”, expresó. También me contó que crían puercos, ovejos, chivos, aves y que en la próxima cosecha otras dos hectáreas entrarán en producción, así que se espera más café.
Sobrevino la tarde en la finca “Pedregoso” y después de la conversación llegó el sabroso néctar, al final salí del lugar con la seguridad de que la Cooperativa de Créditos y Servicios Jesús Menéndez y el municipio de Tercer Frente, tienen en Luis Manuel Mariño Barrera a un apasionado del cultivo del café.