Por Yuzdanis Vicet Gómez
El título y en consecuencia el hilo conductor de este texto me lo inspiró un profesional de la salud, uno de esos que apenas duerme y cuando lo logra, amanece con más responsabilidades en el enfrentamiento a la pandemia de #Covid_19, que intenta sitiar a una ciudad caracterizada por la reberdía pero parece cansada ante el enemigo de turno.
El Doctor, confundido por el actuar insensato de su pueblo, me explicó que no entiende qué hace la gente en la calle sin nasobuco, las abuelas sentadas a la puerta saludando, conversando de cerca con todo el que pasa por la acera, o los niños jugando al ponchao en la pared del edificio.
"El que viene de otras provincias complicadas nota algo extraño en Santiago, ve que la gente no percibe el riesgo de enfermar -me comentó- parece que asumen, como cuando 'Sandy', que las montañas no lo van a dejar entrar o quizás creen que no se van a enfermar porque tenemos a la Virgen del Cobre".
Sin embargo, el asombro del médico y la triste realidad tienen un basamento común, ya han muerto casi 70 santiagueros como consecuencia de complicaciones asociadas a la #Covid_19 y cada vez aumenta el número de pacientes graves y críticos, esa es una verdad tan grande como las propias montañas y un grito de las deidades a sus fieles: "Ayúdate que yo te ayudaré".
Otra lectura de la realidad puede ser, que los santiagueros tengan confianza excesiva en el Candidato Vacunal Abdala, con que se realizó el ensayo clínico y ahora la intervención sanitaria en grupos y territorios de riesgo, pues es conocido que su efecto impide sufrir gravedad o muerte, pero no evita enfermar, queda claro que aún vacunado usted puede enfermar y contagia con la #Covid_19 a sus familiares, lamentablemente muchas personas no usan el nasobuco y cuando les llaman la atención expresan "no si ya yo me vacuné".
Inconforme con la irresponsabilidad de quienes violan a diario las medidas sanitarias y organizativas encaminadas a controlar la transmisión, sigo tratando de responderme. ¿Será que los santiagueros estamos hechos de una fibra diferente al resto de los cubanos?
Esa sí me la respondo fácil: estamos hechos de una fibra que implica responsabilidad, firmeza, compromiso, no por gusto yo también digo con orgullo, que "En Santiago siempre les esperará la victoria", a mí no se me olvidó, si el nasobuco me provee de protección, de esa prenda me agarro para ganarle al virus.