UN REFUGIO PARA LA VIRTUD EN SANTIAGO DE CUBA

Círculo infantil especial para niños deficientes visuales
Fotos: Jorge Luís Guibert García

Hay un sitio en Santiago de Cuba, urbe más importante en el territorio oriental, donde las manos humanas toman el amor y lo depositan en las semillas que mañana poblarán de frutos a la ciudad, regando la gratitud que hoy reciben.
Se trata del Círculo Infantil Especias “Pulgarcito”, un lugar donde el Estado socialista hace realidad el derecho de niños ciegos, con baja visión, y otras deficiencias visuales.
Hoy más de 50 infantes tienen la calidad de vida garantizada para el futuro gracias a 22 docentes y 9 no docentes que conforman el personal del centro, altamente calificado para realizar con calidad el tratamiento correctivo compensatorio.
Entre ellos se destacan: logopedas, sicopedagogos, profesores de música, educación física, además de técnicas optometristas, una oftalmóloga y una doctora especialista en medicina general integral.
Todos ellos uniendo esfuerzos día a día para que el tratamiento correctivo compensatorio, razón de ser del círculo, permita que en el futuro uno de estos niños los encuentre por las calles y le diga, gracias a usted ahora soy médico, agricultor o profesor.
En “Pulgarcito” se trabaja de lunes a viernes de

seis de la mañana a seis de la tarde y la captación se realiza a través del programa educa a tu hijo, estrategia para vincular a la familia y los centros docentes de la comunidad a la educación de los niños desde la edad preescolar, y de la remisión al Centro de Diagnóstica Oftalmológico, provenientes de hospitales infantiles.
El círculo infantil especial cumplió 18 años, tiempo suficiente para que mujeres que lo fundaron muestren el orgullo que sienten tras haber encontrado jóvenes ya rehabilitados en algún lugar de Santiago de Cuba, una ciudad que se enaltece con sitios como este, erigidos como prueba de la noble labor de la Revolución.