Un golpe bajo a la historia
Recuerda una película de los 70 lo que ocurre hoy en Honduras, creía América Latina que había dejado atrás la era de los golpes militares y los gobiernos de facto, cuando arcaicos militares retomaron una práctica a la usanza de las tiranías de hace 30 años.
Fotos tomadas de www.telesurtv.net
Y es que las semillas de autoritarismo, de la fuerza, y la sangre derramada para mantener el dominio de la oligarquía, aún encuentran tierra fértil en este continente, en los centros de poder fomentado con el fin de hacer perdurar la dependencia del Norte.
Sería un sueño pensar que más de 100 años de influencias de una política de saqueo en América, desaparecerían en solo décadas, pues está diseñada para trascender generaciones enteras. Los cierto es que las luchas de los pueblos deben continuar y el golpe de estado en Hondura es una batalla determinante, que tenemos
que ganar los latinoamericanos, organizados hoy en
El retorno de Manuel Zelaya a Tegucigalpa, será la victoria que acercará a la muerte a un régimen centenario, que aunque en agonizante crisis, vive en el Sur.
Restablecer el gobierno legítimo y constitucional, sería una muestra de que los pueblos dijeron basta y echaron a andar, para no detenerse hasta la lograr la democracia participativa, una realidad impulsada por el ALBA y protagonizada por los pueblos, determinantes en los procesos que vive hoy América Latina.
La victoria del pueblo en Honduras, será una lección para la ideología capitalista que solapada bajo un velo de apertura, continúa en su empeño intrínseco de polarizar política, económica e ideológicamente al mundo.
Evidentemente era mucho el avance hacia el norte de los movimientos sociales latinoamericanos, y como zarpazo de fiera arrinconada, la oligarquía pretende cegar en Honduras, el empuje de un continente.
No hay que sorprenderse, ellos siempre estuvieron ahí, son los mismos que asesinaron a Salvador Allende en Chile, e intentaron aniquilar el proceso bolivariano en Venezuela, con la misma receta que lo intentan hoy en Centroamérica.
¿Las diferencias?: Una oligarquía a la que se le ha demostrado con los países del ALBA, que el poder es del pueblo y un proyecto de integración surgido en el Sur, inspirado en el Sur y para el Sur, sin el arbitraje histórico del Norte.
Este es un momento histórico, para los movimientos populares en América, el escenario hondureño es el escenario de todo el continente. Un contexto diferente, es cierto, pero confiarnos es lo último que debemos hacer, la lucha tiene que ser tan enconada como ayer. Con la solidaridad del Sur, pero el derecho del pueblo hondureño, a la larga se lo agenciará el pueblo hondureño.
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