El imperio aislado en el mundo
17 años consecutivos de aislamiento en la ONU a la política injerencista, extraterritorial e ilegal que a contrapelo de rotundas victorias de Cuba y el mundo, como la más reciente en la que 185 países patentizaron su desacuerdo con el bloqueo, tres votaron a favor y dos se abstuvieron, son razones suficientes para que el mundo comprenda la arbitrariedad del pensamiento de las administraciones norteamericanas.
La violación del Derecho Internacional y de las regulaciones internacionales de comercio, que implican el bloqueo a Cuba, desmienten al imperio en su afán de hacer creer al mundo que la ordenanza es bilateral, pues, cada día crece el número de países afectados por la Helms-Burton y la Torricelli, leyes de marcada extraterritorialidad, herramientas para socavar la economía cubana que ha utilizado el gobierno de Estados Unidos año tras año.
Evidentemente, mientras más se aísla el bloqueo en el escenario internacional, más arrecia dicha política contra Cuba; es el clásico actuar de una fiera acorralada e impotente; el imperio, aún a descrédito de su propia nación, en el último año ha desplegado todos los medios a su alcance para reclutar, organizar y financiar a personas nacidas en Cuba, para actuar como mercenarias tratando de subvertir el orden interno de la nación.
El fracaso de la política norteamericana hacia Cuba, y la abrumadora aprobación de la resolución 62/3 de la Asamblea General de Naciones Unidas: “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el gobierno de los EE.UU. contra Cuba” son muestras de la voluntad de los países de sacudirse las cadenas con que el imperio cree tener derecho de sojuzgar a naciones enteras.
Hoy los cubanos trabajan para sacar adelante al país luego del azote de poderosos huracanes (Gustav e Ike), que destruyeron comunidades completas e hicieron mella en importantes objetivos económicos, la que nunca fue erosionada fue la confianza en el sentido humanitario de la Revolución; sin embargo, el oportunista gobierno de los Estados Unidos, valiéndose de las necesidades materiales de los cubanos, quiso imponer su voluntad.
No ha podido entender aún el imperio que pasaron los tiempos de las limosnas, del látigo y el cepo; por eso un grupo de naciones enviaron abiertamente y sin secretos para nadie, recursos económicos y apoyaron moralmente al pueblo cubano. El resultado de la votación en la ONU, ante todo, es justicia.
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