¿Cómo describes un día común como presidente de la FEU y estudiante?
“Un día común para mí siempre va a ser dinámico, hay que partir de que mi función principal es estudiar, y llevo a la par la presidencia de la FEU tramitando las indicaciones nacionales y las que son de la institución, intercambiando con los muchachos, atendiendo las tareas de la Unión de Jóvenes Comunistas y del Partido. Es una cotidianidad muy, muy dinámica no hay otra forma de calificarlo, pero uno trata de disfrutarlo”.
¿Cuáles son los retos de dirigir a jóvenes estudiantes universitarios en el contexto cubano actual?
“Uno se pregunta todas las noches, cómo conseguir que los 7 000 estudiantes que representa se sientan identificados con el trabajo del Consejo de la FEU de la Universidad de Oriente, creo que para lograrlo hay que ajustarse a sus realidades, porque ahí es cuando puede decirse que se está haciendo un buen trabajo, y es difícil de lograr porque el contexto nos impone circunstancias verdaderamente complejas para el funcionamiento, no solamente de la FEU, sino de cualquier organización.
“Ahora mismo el principal reto es lograr que los jóvenes puedan ver su futuro proyectado en nuestro país, que puedan decir: ‘mi prosperidad económica y espiritual, y la de mi familia las puedo lograr aquí, no necesito ir a otro país’. Por tanto, que los jóvenes cubanos le sirvan a su Patria, que decidan ayudar a sostenerla y desarrollarla, ese siempre va a ser el principal reto”.
¿Cómo visualizas la responsabilidad de representar a los estudiantes universitarios cubanos en el órgano legislativo de tu país?
“La enfrentaría, en el caso de ser elegido, siempre apegándome a la realidad, partiendo de la opinión colectiva de los estudiantes, es algo que se logra con el intercambio directo desde la brigada donde me siento a recibir clases hasta todas las demás de la Universidad que son alrededor de 280.
“También hay que trabajar con organización, me he dado cuenta en estos días de que hay que estar organizado y en la medida que uno lo logra puede emitir criterios más coherentes; un buen resultado sería que cuando cualquier universitario del país me vea en una intervención en la Asamblea Nacional, diga: ‘los muchachos de la FEU que integran el Parlamento, están pensando en nosotros’, eso es desde mi perspectiva, la meta”.
¿Alguna vez imaginaste la responsabilidad que asumirías?
“No sé ni qué decirte. Yo solo tengo 21 años imaginarme que a esta corta edad iba a tener la posibilidad de estar en el Parlamento hubiera sido imposible, todavía lo veo como algo muy lejano, cuesta verse allí con la responsabilidad de dar el voto directo para elegir al Presidente de la República, al Consejo de Estado, tomando decisiones de gran peso para los destinos de Cuba… sinceramente no me lo imaginaba”.
Ante la insistencia de este reportero Carlos Antonio les envió un mensaje a los jóvenes cubanos:
“Lo único que quisiera transmitirles a nuestros jóvenes técnicos, obreros, campesinos, universitarios, tanto hombres como mujeres: es que piensen que en nuestras manos, en nuestra inteligencia y en nuestro quehacer está el futuro propio, de nuestras familias y de nuestro país. Que tenemos que ser capaces de levantarnos cada mañana a montarnos sobre las deficiencias identificadas pero no para criticarlas, sino para solucionarlas, así estaremos pensando en nosotros que es pensar en Cuba”.
Si algo faltara para concluir esta entrevista no sería una idea del redactor sino de Fidel, quien el 4 de abril de 1962 expresó: “Creer en los jóvenes es ver en ellos, además de entusiasmo, capacidad; además de energía, responsabilidad; además de juventud, ¡pureza, heroísmo, carácter, voluntad, amor a la Patria, fe en la Patria! ¡Amor a la Revolución, fe en la Revolución, confianza en sí mismos, convicción profunda de que la juventud puede, de que la juventud es capaz…”.