Texto y fotos: Yuzdanis Vicet Gómez
Entre los 250 estudiantes santiagueros de Medicina y de la Universidad de Oriente que protagonizaron la jornada inicial del ensayo clínico en fase tres del candidato vacunal Abdala, el joven estudiante de la Facultad de Construcciones Nelson Piña López fue el primero.
A sus 23 años de edad, Nelson tiene suficiente madurez para evaluar una buena desición, ante la disyuntiva de presentarse o no como voluntario para recibir Abdala y explicó a Sierra Maestra, por qué lo hizo:
"Mi primera razón es que tengo un niño pequeño, casi siempre estoy en la calle y tengo que cuidarlo, también a su mamá y demás miembros de la familia..." Explicó Nelson.
"Pienso que al vacunarme seré inmune a la #Covid-19 una enfermedad que está matando a muchas personas y hay que cuidarse" continúa expresando el joven Nelson que vio en el ensayo clínico, una oportunidad para elevar su calidad de vida y proteger a su familia.
"Vine porque quise, es mi propia desición.", aclaró el estudiante como una suerte de manifestación expontánea de su responsabilidad, la misma de los miles que pesquisan en todos los barrios de Santiago de Cuba.
La responsabilidad de Nelson, emula también la entrega de sus propios compañeros en los centros de aislamiento, como mensajeros al servicio de personas vulnerables u organizando a la población para garantizar un acceso seguro a bienes y servicios.
Cuando se escriba la historia de la lucha contra la Covid-19 en Santiago de Cuba, nadie podrá ignorar la decisiva participación de los estudiantes y entre ellos se hablará también del primero que recibió en su brazo una inyección de esperanza llamada Abdala, él es Nelson Piña López.