jueves, 13 de febrero de 2020

Una medida necesaria para oxigenar la economía cubana



 
Yuzdanis Vicet Gómez / imágenes tomadas de Internet

Hoy la palabra de orden cuando se habla de retos para los cubanos y cubanas y para el país, es Economía. Y lo es con razón porque un fenómeno en el que toda persona tiene parte, debe ser entendido para saber de qué se trata y cómo podemos interactuar.
En esta ocasión me tomaré la libertad de utilizar el término Economía más de lo que la gramática exige para la redacción periodística, solo así entenderemos las medidas que adopta la dirección del país para mantener la vitalidad de la economía, por ejemplo: las tiendas para la venta en moneda libremente convertibles.
Comencemos por saber el origen de la palabra y la relación personal que tenemos con lo que ésta designa: economía viene del latín “oeconomus”, y este del griego “oikonomos”, de “oikos”: casa y “nemein”: administrador, lo que quiere decir que la Economía nacional es la expresión macro de lo que hacemos en nuestros hogares, donde nos agarramos hasta de un “clavo caliente” para que la cuenta dé.
En casa ahorramos corriente, esperamos la guagua que es más barata, aplicamos el pluriempleo y el Trabajo por Cuenta Propia para que haya otra entradita, guardamos en el refrigerador el arroz que quedó para mañana… y otros   métodos unos más ortodoxos que otros, pero en esencia eso es administrar la economía del hogar, ¿se imagina cómo  será administrar un país sin muchos más recursos que su gran Capital Humano y además, bloqueado ferozmente por la mayor potencia militar  y económica de la historia? 
Entonces ya estamos en condiciones de conocer el significado macro de Economía: es el sistema de producción, distribución, comercio y consumo de bienes y servicios de una sociedad o de un país, sumemos que para mantener su vitalidad se requiere invertir,
que significa colocar capital (dinero) en una operación, proyecto o iniciativa empresarial con el fin de recuperarlo con intereses es decir, obtener ganancias.
Aquí se aplica una fórmula básica: con el dinero se compran materias primas, insumos, instrumentos, se paga transporte, salario; a esa materia prima se le agrega valor transformándola con el trabajo nuestro para poder obtener ganancias, es decir el “dinero incrementado” y así ponerlo, en el caso de Cuba, donde más falta haga, donde es necesario subsidiar, dígase transporte, educación, salud, seguridad social y para la compra de alimentos y medicinas en el extranjeros a precios más caros y transporte más caros de lo normal, gracias al bloqueo económico y financiero.
Creo que ahora será más fácil para usted y para mí, entender la medida de las tiendas para venta en monedas libremente convertibles. Se trata de una alternativa para que el país obtenga divisas, “moneda dura” dinero que pueda utilizarse para la compra en el exterior, para invertir en frentes de la economía donde hace falta una inyección de capital para desarrollarnos y esa es justamente la forma en que todos recibimos beneficios de esa medida económica.
Otra cosa importante, para que medidas como estas den resultado, como  de hecho lo están dando porque nos mantenemos en pie, es el Capital Humano que está en nosotros mismos, en un conjunto de conocimientos, experiencias, habilidades, sentimientos, actitudes, motivaciones, valores y capacidad para hacer, portados por los trabajadores (nosotros), para crear más riquezas con eficiencia.
Porque nos caracteriza la conciencia, ética, solidaridad, espíritu de sacrificio y heroísmo, inculcados por nuestra propia historia y por la obra y pensamiento de  Fidel Castro Ruz, alguien que nos legó una gran confianza en que somos capaces de sostener la Revolución.

miércoles, 22 de enero de 2020

Mercenarios



Son mercenarios, ellos mismos lo confirmaron, era una de las pocas sospechas que su existencia misma presuponían certeza; y es que no puede ser de otra manera, quienes ultrajan un símbolo tan importante para todo un pueblo, como los bustos de José Martí, el Apóstol de la Independencia de Cuba, el más universal de los hijos de esta tierra, nuestro periodista mayor, el pedagogo, el maestro… no pueden ser más que cubanos desnaturalizados que se buscaron “una plata” a costa de semejante vejamen.
Las historias de los pueblos que luchan por su soberanía, su independencia y autodeterminación siempre llevan la marca de los traidores, pues no es posible que convivan en el actuar de una persona el amor a la Patria que lo vio nacer  y la sangre fría para mancillar su propia identidad, la identidad de una nación, eso se llama traición, mercenarismo; no hay diferencia alguna entre los que atacaron Playa Girón y estos.
Mucha indignación transmutada en acciones de desagravio a la figura de Martí manifestaron los cubanos dignos a todo lo largo y ancho de la isla, inmediatamente que se conoció el hecho de que personas inescrupulosas habían vertido sangre de cerdo sobre los impolutos bustos que presidían plazas de centros docentes e instituciones laborales.
¿El objetivo además de recibir dinero a cambio? Los propios autores lo expresaron: documentarlo con fotos y videos que fueron difundidos por  canales, perfiles en las redes sociales y sitios web patrocinados desde el exterior, que obtienen financiamiento del presupuesto que cada año libera el gobierno de los Estados Unidos en el empeño infructuoso de subvertir la sociedad cubana y dar al mundo la falsa imagen de que en Cuba hay inestabilidad política, descontento y acciones populares contra el gobierno.
Los autores eran instrumentos de los círculos anticubanos de la Florida que pretendían basarse en las noticias falsas que siempre se han utilizado, aunque ahora tengan el mediático nombre de Fake News, para crear una matriz de opinión internacional que desacreditara al Gobierno y Estado cubanos.
Actitudes como esta ya fueron descritas por el propio José Martí cuando escribió “…la esclavitud de los hombres es la gran pena del mundo”, pues también se refería a personas capaces de ser esclavos de un puñado de dólares a cambio de su dignidad.