lunes, 25 de febrero de 2019

La juventud acumulada de Heriberto






Heriberto Peralta García vino al mundo el 24 de febrero de 1919, 24 años después del reinicio de las luchas de independencia. Si, acaba de cumplir 100 años, un siglo de vida, pero cuando interactúas con él no percibes el inexorable paso del tiempo, sin embargo son testigos sus nueve hijos, 26 nietos, 38 bisnietos y cuatro tataranietos.
Oriundo del poblado montañoso de Ramón de las Yaguas y radicado en el barrio El Refugio, perteneciente al poblado de Siboney en el municipio de Santiago de Cuba; Heriberto está orgulloso de tener una familia tan extensa, de ver crecer a sus hijos, nietos, bisnietos y tataranietos.
Aún le satisface realizar actividades domésticas, atender las plantas  que tiene sembradas en su patio, poder bailar e incluso atreverse a “levantar el codo” en ocasiones especiales como el día de su cumpleaños 100, también está orgulloso de que entre sus nietos esté el Olímpico santiaguero Norge Luis Vera Peralta, quien acudió a celebrar con sus abuelo.

viernes, 14 de diciembre de 2018

Sobre los cambios y sueños para CONTINUAR


Yuzdanis Vicet Gómez
Según el Diccionario Online (http://dle.rae.es/) de la Real Academia Española, la primera acepción de la palabra “crisis” es: “Cambio profundo y de consecuencias importantes en un proceso o una situación, o en la manera en que estos son apreciados.” Como puede observar no se identifica ese vocablo con lo bueno o lo malo, con lo que se acepta o se niega.
Lo que queda claro es que la “crisis” define las formas de enfocar las situaciones, siempre cambiantes que nos impone la cotidianidad, nos motiva y dinamiza el pensamiento, un “Cambio profundo y de consecuencias importantes…” es en ocasiones lo que necesitamos en nuestro actuar, para mejorar situaciones  a las que nos acostumbramos, por comodidad o por rutina.
Cuántas conductas y modos de hacer indeseados, perduraron ante nuestros ojos sin que moviéramos un dedo, hasta el momento en que nos causaron un daño grande y en el fervor de la molestia y la necesidad de que no se repitiera, surgió la idea, la alternativa, la solución definitiva al asunto en cuestión.
Traigo el tema a la palestra porque Cuba existe en un mundo convulso,   y aunque nos parezca impersonal, nuestro país es la suma de todos nosotros, de nuestro trabajo y resultados, de aciertos y desaciertos, de sueños alcanzados y otros frustrados, por eso cuando algo anda mal nos afecta a todos y cada uno.
Cuando ha sido necesario que la dirección del país utilice alternativas para salir adelante, están quienes creen que la responsabilidad es únicamente de los decisores, sin embargo se equivocan los que así piensan; una sociedad es un sistema y lo más mínimo no le es ajeno a ninguno de sus miembros, nuestros dirigentes siempre han contado con su pueblo, que son la razón de ser y los verdaderos jueces.
Otros equivocados creen que ya estamos acostumbrados y le aseguro que es un error, cada contexto tiene sus peculiaridades, por ejemplo, usted no es el mismo de hace 20 años atrás, porque cambiaron sus intereses, prioridades, capacidades físicas y el entorno familiar donde vive probablemente creció, sin contar con las fluctuaciones de su poder adquisitivo entre otros…
Quizás, todo se reduzca a sutilezas que al parecer no significan nada, pero ¡cuidado! que cualquier detalle puede devenir en grandes resultado; otros al parecer muy traumáticos como mudarse de barrio, cambiar de trabajo, seleccionar mejor las amistades… pueden ser la solución a los malos momentos que solemos llamar “crisis”.
Quizás en la esquina por donde pasa, en la guagua, en el trabajo o en la propia casa, usted ha escuchado: que si falta esto o aquello…, siempre en el umbral entre la realidad y la fértil imaginación que hace especial al cubano; y yo le digo que no es el susto la solución, sino comenzar a pensar y actuar diferente para obtener el resultado que busca, eso depende de usted sobre todas las cosas, como diría el científico alemán Albert Einstein: “Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad”.