Una sucesión
de actos de violencia ejecutados para infundir terror, esa ha sido la política
de Estados Unidos contra Cuba desde el triunfo de la Revolución, y es ese
precisamente el significado de terrorismo, según el diccionario de la real
academia de la lengua española.
El
terrorismo de estado contra Cuba, ha sido como una sombra durante 52 años de
Revolución, tan oscura para las cientos de familias enlutadas por las acciones
que mataron o mutilaron a hijos, padres, o madres, como para el pueblo en
general, amenazado por la garra imperial.
Hoy que
recordamos el más cruel de los atentados, cuando les quitaron la vida a 73
personas, es el momento para pasar revista a tanto dolor y una vez más
identificar a los responsables.
Pero… ¿Qué hicimos los cubanos para merecer
que la mayor potencia del mundo decida por el terror para tratarnos?
Acaso el
gobierno de los Estados Unidos no vociferó por el mundo que la llamada
república de 1920 era independiente.
Entonces
¿Por qué tan enconada venganza contra los cubanos por hacer en una Revolución
en una república supuestamente independiente? La respuesta pudiera estar en la
ancestral intención norteña de apoderarse con pensamiento imperialista, de todo
país que le reporte beneficio económico, antes en el área del caribe, luego en
toda América y hoy en el mundo entero.
Ningún
gobierno norteamericano ha pasado por alto el legado de agresiones que le dejó
el anterior, así, de generación en generación, las administraciones
estadounidenses, han sabido agredir a
cada generación de cubanos, años atrás con agresiones directas y sabotajes, hoy
con amenazas, listas negras y prohibiciones que van más allá de los alimentos y
pasan por la medicina y los equipos médicos.
Nada, que
la impunidad de una política desacertada
corroe la médula del imperio, en tanto que fortalece y estimula a la lucha
enconada y la resistencia de un pueblo, que ya acumula más de medio siglo de
experiencia en lidiar con el terrorismo de estado.