Escrito
por: Orlando Guevara Núñez
Contra Gerardo Hernández Nordelo, uno de los
cinco héroes cubanos prisioneros injustamente en los Estados Unidos, se comete
hoy uno de los más infames abusos por parte del gobierno de ese país.
Gerardo sufre condena de dos cadenas perpetuas
más 15 años de prisión, pese a la demostración, en el proceso de juicio, de su
inocencia. Una de las cadenas perpetuas obedece al cargo imputado conspiración
para cometer espionaje y atentar contra la seguridad de los Estados Unidos.
La propia fiscalía y otros testigos afirmaron
no tener una sola prueba de que Gerardo hubiese cometido ese delito. Gerardo ni
tomó información –ni trató de tomarla- pues su misión consistía en penetrar a
grupos terroristas que desde ese país actúan contra el nuestro, con toda
impunidad y el apoyo de las autoridades norteamericanas.
La otra cadena perpetua se le impuso por
conspiración para cometer asesinato lo que no pudo ser probado en el juicio,
pues, de igual forma, la fiscalía dijo no tener prueba alguna sobre ese cargo
contra Gerardo, quien no tuvo nada que ver con el derribo de dos avionetas de
la organización contrarrevolucionaria Hermanos al Rescate, cuando en febrero de
1996 invadían ilegalmente el espacio aéreo cubano con fines subversivos.
Si bien los cinco cubanos son víctimas de las
más burdas arbitrariedades, en un juicio donde el odio visceral hacia la Revolución cubana
suplantó a la justicias, en el caso de Gerardo el ensañamiento ha sido mayor.
Mientras que luego de un proceso de revisión, les fueron suspendidas las
cadenas perpetuas a Antonio Guerrero y a Ramón Labañino, a Gerardo se le
excluyó de esa revisión.
Desde que fue hecho prisionero, en septiembre
de 1998, no se le ha permitido a Adriana Pérez, esposa de Gerardo, visitarlo en
la prisión, lo que constituye una violación del sistema carcelario
norteamericano y viola los derechos internacionales de los prisioneros.
Durante estos casi doce años, ha sufrido, como
los otros cinco, castigos crueles e inmerecidos. En estos momentos es víctima
de uno de esos tantos crueles procederes, pues se encuentra confinado en una
celda de castigo (el hueco) pese a no haber cometido ninguna indisciplina.
El procedimiento es más cruel si se tiene en
cuenta que Gerardo tiene quebrantada su salud y no ha podido recibir atención
médica.En varias partes del mundo, gobiernos,
organizaciones, grupos y comités de solidaridad con los Cinco, levantan sus
voces para que cese esta injusticia.
Gerardo tiene derecho a ser atendido en su
problema de salud. Y tiene derecho, como Antonio Guerrero, René González,
Fernando González y Ramón Labañino, a que se levante esa injusta condena que ha
puesto de manifiesto la mala conducta del gobierno norteamericano, capaz de
violar sus propias leyes y su propia Constitución para justiciar una condena
injustificable.
Los cubanos exigimos la libertad de los Cinco
y su inmediato regreso a su Patria, junto a sus familiares y al pueblo que los
espera. Los antiterroristas no deben estar presos, sino libres. A la prisión
deben ir los terroristas que hoy se pasean impunes por los Estados Unidos.
¡Libertad inmediata para los Cinco! es
nuestro reclamo.