Por su vida y libertad
Por Adys
Cupull y Froilán González
Como
padres y abuelos cubanos hacemos un llamado a los médicos y
científicos norteamericanos y a la comunidad mundial para
solicitar al Gobierno de Estados Unidos que le proporcione la atención
médica requerida y ponga en libertad al prisionero político Gerardo
Hernández Nordelo y a sus cuatro compatriotas.
Gerardo está enfermo y en lugar de internarlo en un
hospital lo han aislado por tercera vez y lo han confinado
a una celda pequeña y casi sin ventilación, conocida como El
Hueco.
¿Por qué para castigar a un pueblo por más de
50 años que no se somete a los dictados de Estados Unidos se castiga a un
enfermo que se puede agravar por días? Hoy la
noticia ha recorrido los medios informativos y estamos seguros que las personas
dignas y que saben amar acudirán a este reclamo.
El 20 de julio del presente año un
médico norteamericano en la prisión donde esta confinado,
diagnosticó problemas, ocasionados por una bacteria, detectada
en la población penal, y que ha provocado varios casos graves.
Gerardo requería análisis y tratamiento
especializado y en lugar de brindarlo como elemental derecho humano fue
enviado a esa reducida celda oscura, aislado e
incomunicado.
La última vez que fue visto de lejos por su
hermana Isabel, estaba encadenado de pies y manos. Lleva más de tres
meses sin asistencia médica y sin medicamentos.