El colorido tradicional del rumbón mayor, ya inundo las calles y plazas de Santiago de Cuba que hace gala por estos días del bien ganado calificativo de "Tierra caliente".
Desfiles infantiles, que dicen de la continuidad generacional, para que el fiestón se mantenga y trascienda épocas como ha hecho hasta ahora, demostrando con las ejecuciones de sus coreografías, que llevan la sangre caliente del Caribe.
Los adultos y el espectáculo de fuegos artificiales dieron inicio al carnaval que alegra a un pueblo comprometido trabajador y fiestero, conjugación que permite al cubano de hoy sortear cuanto obstáculo se ponga en su camino.
Los
disidentes cubanos se quejan por el hospedaje que les dio el Gobierno español
Evidentemente los disidentes que se trasladaron a España recibieron
ordenes nuevas y tratan de disuadir a los que quedan en Cuba para que no
acepten irse, la cuestión es crear y reproducir crisis, a como de lugar.
Más que enfermizo parece una locura, la sed de ir a contracorriente de
los principios de la Revolución
cubana, ese proceder convierte en poco creíble y sin fundamento todos sus
argumentos y acciones, lo que quieren, obviamente, es mantenerse pegados del
cordón umbilical que le transfiere el dinero sucio de las organizaciones contrarrevolucionarias
de la Florida.
Las quejas de los disidentes que están en España, son risibles incluso,
aunque su intensión macabra se percibe por encima de toda banalidad de lo
escrito a continuación:
Los nueve disidentes cubanos liberados el último 13 de julio, hicieron
sentir sus reclamos por el lugar que el gobierno español eligió como hospedaje
para pasar los próximos días.
El diario El
Mundo informó hoy que los recién llegados se quejan por las
condiciones del hotel y por el status de inmigrantes que les ofreció el
gobierno - de renunciar, pasarían a ser refugiados - : "El baño es
colectivo y las habitaciones no están ventiladas", comentó al matutino Oleivys García.
Tampoco tienen teléfono.
La mujer, esposa del disidente Pablo Pacheco, manifestó su
"desconcierto" por el lugar, ubicado en el polígono industrial en el
sur de la capital y por el que se cobra, por noche, 13,90 euros.
"Nos recomiendan que nos vayamos, porque aquí la vida es demasiado
cara", aportó por su lado, Omar Moisés Ruiz Hernández, a El Mundo.
Hoy llegarán a territorio español otros dos disidentes de la isla. De acuerdo a
la Cruz Roja,
los "el protocolo firmado con Exteriores prevé la asistencia a los
disidentes durante 24 meses, aunque el acuerdo se revisará cada año. Les
ofreceremos alojamiento, asesoramiento laboral, apoyo médico y
psicológico".
Algunos de los familiares se quejan de que no le han suministrado
celulares. la comida es escasa y las habitaciones carecen de aire
acondicionado. Protestas también porque el servicio de taxis es muy caro
y el metro de Madrid no funciona y cuando lo hace hay muy malos olores.