fotos: Francisco Hechavarría Guzmán
"Se está creando la piel de la ciudad" dijo un artista mexicano, representante del área caribeña de ese hermano país. Y ciertamente es así, la huella que dejaron los muralistas en fachadas muros y paredes de edificaciones citadinas, bien merece el calificativo de piel.
En perfecta armonía visual con el entorno, esta 29. Edición de la Fiesta del Fuego dejó 18 murales en toda la urbe, entre gigantografías, cerámicas y pinturas que plasman el colorido espíritu del Caribe, en esta sur oriental provincia cubana, conocida también como la tierra caliente.
Artistas mexicanos y santiagueros participaron en este empeño. Mereciendo un reconocimiento especial, el taller cultural, Luis Días Oduardo, encabezado por Israel Tamayo.Santiago de Cuba una ciudad que ya conoció las bondades de las brochas y los pinceles en sus paredes, seguirá nutriéndose de esta manifestación artística en cada edición del Festival.
Uno de los protagonistas, José René Blanco, se refirió a la técnica utilizada en la Plaza Juvenil, ubicada en la zona de Ferreiro, un lugar donde se reúnen cotidianamente los jóvenes que habitan la urbe; al respecto el artista expresó: "La técnica que se utilizó fue el esmalte sobre metal, el lugar tiene características diferentes, no es una pared lisa por lo que había que hacer un diseño Pop de grandes dimensiones, para lograr el contraste y que percibieran el trabajo".
Sobre la importancia que le confiere el artista al regalo hecho por los muralistas a la ciudad, José René Blanco argumentó: "Pretendemos ilustrar al pueblo santiaguero, que vean cosas nuevas, al principio no lo comprenderán pero como seres de costumbre que somos iremos aprendiendo a ver el arte diferente, y así nos hacemos parte de él".
Esta "piel de la ciudad" seguirá transpirando al compás de Caribe y dará continuidad al gran espectáculo que constituye la Fiesta del Fuego.
Santiago de Cuba, agradecida por la virtud de convertirse en el centro del arte caribeño, donde convergen los más representativos exponentes de la cultura del área, deviene ya en gran galería urbana, donde locales y foráneos pueden apreciar las huellas del fuego.