miércoles, 22 de enero de 2020

Mercenarios



Son mercenarios, ellos mismos lo confirmaron, era una de las pocas sospechas que su existencia misma presuponían certeza; y es que no puede ser de otra manera, quienes ultrajan un símbolo tan importante para todo un pueblo, como los bustos de José Martí, el Apóstol de la Independencia de Cuba, el más universal de los hijos de esta tierra, nuestro periodista mayor, el pedagogo, el maestro… no pueden ser más que cubanos desnaturalizados que se buscaron “una plata” a costa de semejante vejamen.
Las historias de los pueblos que luchan por su soberanía, su independencia y autodeterminación siempre llevan la marca de los traidores, pues no es posible que convivan en el actuar de una persona el amor a la Patria que lo vio nacer  y la sangre fría para mancillar su propia identidad, la identidad de una nación, eso se llama traición, mercenarismo; no hay diferencia alguna entre los que atacaron Playa Girón y estos.
Mucha indignación transmutada en acciones de desagravio a la figura de Martí manifestaron los cubanos dignos a todo lo largo y ancho de la isla, inmediatamente que se conoció el hecho de que personas inescrupulosas habían vertido sangre de cerdo sobre los impolutos bustos que presidían plazas de centros docentes e instituciones laborales.
¿El objetivo además de recibir dinero a cambio? Los propios autores lo expresaron: documentarlo con fotos y videos que fueron difundidos por  canales, perfiles en las redes sociales y sitios web patrocinados desde el exterior, que obtienen financiamiento del presupuesto que cada año libera el gobierno de los Estados Unidos en el empeño infructuoso de subvertir la sociedad cubana y dar al mundo la falsa imagen de que en Cuba hay inestabilidad política, descontento y acciones populares contra el gobierno.
Los autores eran instrumentos de los círculos anticubanos de la Florida que pretendían basarse en las noticias falsas que siempre se han utilizado, aunque ahora tengan el mediático nombre de Fake News, para crear una matriz de opinión internacional que desacreditara al Gobierno y Estado cubanos.
Actitudes como esta ya fueron descritas por el propio José Martí cuando escribió “…la esclavitud de los hombres es la gran pena del mundo”, pues también se refería a personas capaces de ser esclavos de un puñado de dólares a cambio de su dignidad.