Yuzdanis
Vicet Gómez
Según
el Diccionario Online (http://dle.rae.es/) de la Real Academia Española, la
primera acepción de la palabra “crisis” es: “Cambio profundo y de consecuencias
importantes en un proceso o una situación, o en la manera en que estos son
apreciados.” Como puede observar no se identifica ese vocablo con lo bueno o lo
malo, con lo que se acepta o se niega.
Lo
que queda claro es que la “crisis” define las formas de enfocar las situaciones,
siempre cambiantes que nos impone la cotidianidad, nos motiva y dinamiza el
pensamiento, un “Cambio profundo y de consecuencias importantes…” es en
ocasiones lo que necesitamos en nuestro actuar, para mejorar situaciones a las que nos acostumbramos, por comodidad o
por rutina.
Cuántas
conductas y modos de hacer indeseados, perduraron ante nuestros ojos sin que
moviéramos un dedo, hasta el momento en que nos causaron un daño grande y en el
fervor de la molestia y la necesidad de que no se repitiera, surgió la idea, la
alternativa, la solución definitiva al asunto en cuestión.
Traigo
el tema a la palestra porque Cuba existe en un mundo convulso, y aunque nos parezca impersonal, nuestro
país es la suma de todos nosotros, de nuestro trabajo y resultados, de aciertos
y desaciertos, de sueños alcanzados y otros frustrados, por eso cuando algo
anda mal nos afecta a todos y cada uno.
Cuando
ha sido necesario que la dirección del país utilice alternativas para salir
adelante, están quienes creen que la responsabilidad es únicamente de los
decisores, sin embargo se equivocan los que así piensan; una sociedad es un
sistema y lo más mínimo no le es ajeno a ninguno de sus miembros, nuestros
dirigentes siempre han contado con su pueblo, que son la razón de ser y los
verdaderos jueces.
Otros
equivocados creen que ya estamos acostumbrados y le aseguro que es un error,
cada contexto tiene sus peculiaridades, por ejemplo, usted no es el mismo de
hace 20 años atrás, porque cambiaron sus intereses, prioridades, capacidades
físicas y el entorno familiar donde vive probablemente creció, sin contar con
las fluctuaciones de su poder adquisitivo entre otros…
Quizás,
todo se reduzca a sutilezas que al parecer no significan nada, pero ¡cuidado!
que cualquier detalle puede devenir en grandes resultado; otros al parecer muy
traumáticos como mudarse de barrio, cambiar de trabajo, seleccionar mejor las
amistades… pueden ser la solución a los malos momentos que solemos llamar
“crisis”.
Quizás
en la esquina por donde pasa, en la guagua, en el trabajo o en la propia casa,
usted ha escuchado: que si falta esto o aquello…, siempre en el umbral entre la
realidad y la fértil imaginación que hace especial al cubano; y yo le digo que
no es el susto la solución, sino comenzar a pensar y actuar diferente para
obtener el resultado que busca, eso depende de usted sobre todas las cosas,
como diría el científico alemán Albert Einstein: “Hay una fuerza motriz más
poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad”.