Combatientes santiagueros
pisan históricas tierras granmenses
Con la alegría de sentirse privilegiados por este reencuentro, los santiagueros fundadores del batallón
628 creado por la
Revolución para defender la Patria , en la frontera con la ilegal base
naval norteamericana en Guantánamo, recorrieron
junto a sus familiares, sitios
históricos en los municipios granmenses de Media Luna y Niquero.
El primer alto en el camino fue en la casa natal de Celia Sánchez
Manduley, donde se pudo admirar un inmueble perfectamente conservado y una
colección de piezas originales y
fotografías que muestran la grandeza de espíritu y la sencillez material, de la mujer
que fue capaz de burlar al más
enconado asedio del tirano y al mismo tiempo sensibilizarse con sus congéneres
quienes no tenían aún un lugar en la sociedad pre revolucionaria.
Allí la emoción y el compromiso llevaron de la mano a los combatientes
desde el encuentro con la raíz misma de la “flor más autóctona de la Revolución ” en el lugar
que la vio nacer y crecer, hasta el
intercambio con sus homólogos del municipio de Media Luna, fluyeron las
vivencias de quienes compartieron el peligro y el valor en el perímetro, frente
a los soldados norteamericanos.
El museo de Niquero fue el siguiente punto donde se realizó el
encuentro con los combatientes de ese municipio, uno de los territorios que más
mártires aportó a la causa revolucionaria, allí la explicación exhaustiva que
vislumbraba para las jornadas siguientes,
visitas a lugares donde las plantas de nuestros pies pisarían cada centímetro recorrido por los
expedicionarios del Yate Granma.
Al amanecer, aún conviviendo con los mosquitos y jejenes
que recordaron la dureza de la travesía expedicionaria entre el fango y
el mangle, el grupo se dirigió al lugar exacto donde desembarcó la esperanza,
el 2 de Diciembre de 1956; luego la casa
del primer campesino colaborador con la guerrilla rebelde, Ángel Pérez Rosabal,
en la precariedad de sus condiciones de
vida estaba el acicate que estimuló a continuar a los guerrilleros.
Más tarde una sensación sin igual embargó a todos, querían entrar en
la foto a como diera lugar, detrás imponente y simbólica la única réplica
del Yate Granma que queda en buenas
condiciones, la nave que pudo transportar a 82 hombres, solo porque
estaba contagiada con el estoicismo
de sus pasajeros.
En la comunidad cada casa con televisor tiene una antena parabólica y 108 de sus 120 casas tienen
teléfono, esa fue la solución que buscó el gobierno revolucionario para
eliminar la zona de silencio…sobran las palabras.