lunes, 31 de mayo de 2010

EXPEDICIÓN A LAS RAÍCES


Combatientes santiagueros pisan históricas tierras granmenses

Con la alegría de sentirse privilegiados por este reencuentro, los santiagueros fundadores del  batallón  628 creado por la Revolución para defender la Patria, en la frontera con la ilegal base naval  norteamericana en Guantánamo, recorrieron junto a sus familiares,  sitios históricos en los municipios granmenses de Media Luna y  Niquero.

El primer alto en el camino fue en la casa natal de Celia Sánchez Manduley, donde se pudo admirar un inmueble perfectamente conservado y una colección de piezas originales  y fotografías que muestran la grandeza de espíritu y la sencillez material,  de la mujer  que fue capaz de burlar  al más enconado asedio del tirano y al mismo tiempo sensibilizarse con sus congéneres quienes no tenían aún un lugar en la sociedad pre revolucionaria.

Allí la emoción y el compromiso llevaron de la mano a los combatientes desde el encuentro con la raíz misma de la “flor más autóctona de la Revolución” en el lugar que la vio nacer y crecer,  hasta el intercambio con sus homólogos del municipio de Media Luna, fluyeron las vivencias de quienes compartieron el peligro y el valor en el perímetro, frente a los soldados norteamericanos.

El museo de Niquero fue el siguiente punto donde se realizó el encuentro con los combatientes de ese municipio, uno de los territorios que más mártires aportó a la causa revolucionaria, allí la explicación exhaustiva que vislumbraba para las jornadas siguientes,  visitas a lugares donde las plantas de nuestros pies pisarían  cada centímetro recorrido por los expedicionarios del Yate Granma.

Al amanecer, aún conviviendo con los mosquitos  y jejenes  que recordaron la dureza de la travesía expedicionaria entre el fango y el mangle, el grupo se dirigió al lugar exacto donde desembarcó la esperanza, el  2 de Diciembre de 1956; luego la casa del primer campesino colaborador con la guerrilla rebelde, Ángel Pérez Rosabal, en la precariedad  de sus condiciones de vida estaba el acicate que estimuló a continuar a los guerrilleros.

Más tarde una sensación sin igual embargó a todos, querían entrar en la foto a como diera lugar, detrás imponente y simbólica la única réplica del  Yate Granma que queda en buenas condiciones, la nave  que  pudo transportar a 82 hombres, solo porque estaba  contagiada con  el estoicismo  de sus pasajeros.
 
La jornada final no pudo ser mejor, parecía que la mente de un dramaturgo agudo lo había diseñado, luego de recorrer la historia se abrió ante nuestros ojos un presente que la justificó con creces, el consejo popular de Cabo Cruz, presidido por el faro testigo de corsarios piratas e insurrección. 

En la comunidad cada casa con televisor tiene una antena  parabólica y 108 de sus 120 casas tienen teléfono, esa fue la solución que buscó el gobierno revolucionario para eliminar la zona de silencio…sobran las palabras.

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