martes, 13 de abril de 2010

LA OEA Y EL PARLAMENTO EUROPEO


El primero de Mayo se  les dará una contundente respuesta

Por Froilán González y Adys Cupull


Una intensa campaña  de ofensas,  calumnias y desinformaciones contra el pueblo de Cuba   se desarrolla en estos días en Estados Unidos y algunos países de Europa. Igual política se aplicó  intensamente en el mundo previo a la invasión de los mercenarios por Playa Girón.  

En  diciembre de 1960, el Gobierno de Estados Unidos, el Pentágono y la CIA tomaron la decisión de asesinar a los principales dirigentes de la Revolución cubana y  derrotarla por diferentes  medios.

En estos primeros meses, el imperialismo trató  de sembrar la duda en cuanto a la capacidad de resistencia de la  Revolución  y el Gobierno cubanos, pretendiendo hacer creer que era una gran locura desafiar a los Estados Unidos a 90 millas de su territorio y que a Fidel Castro le quedaban  pocos días en el Gobierno. Se intensificaron  los sabotajes y crímenes organizados por   la CIA. 

El 3 de enero de 1961 el gobierno de Estados Unidos rompió las relaciones diplomáticas  con Cuba.  El  "Sunday Times" de Londres, afirmó que  esa acción   aumentaría las simpatías de los pueblos latinoamericanos por Fidel Castro y su  Revolución y  Castro saldría  ganando con esa medida,  ya que Estados Unidos se había  colocado en una situación que lo que hiciera  sería mal visto.

Junto a la campaña calumniosa se sucedían agresiones directas de todo tipo. Se reportaban desembarcos de  contrarrevolucionarios y lanzamientos de armas e implementos bélicos desde  aviones norteamericanos.

El gobierno de Estados Unidos inició  el bloqueo que impedía la importación de medicamentos, alimentos,  piezas de repuesto, y materiales  de primera necesidad.   Comentaristas y analistas extranjeros  consideraban que la  invasión de  Estados  Unidos se haría realidad en pocos días y acabaría con todos los revolucionarios. 

El  "Manchester  Guardian" desde Londres señalaba que los ataques a Cuba era parte de un amplio proyecto destinado a presionar al  gobierno  revolucionario con el fin de aislarlo del resto de Latinoamérica y  situarlo en cuarentena diplomática.

Con el propósito de pretender aterrar a la población cubana, en la base naval que los norteamericanos ocupan en  Guantánamo, se llevó  a cabo el reforzamiento militar con la  llegada del portaviones Roosevelt y varios destructores,  coincidiendo con una operación de minado del litoral.  

Washington anunció que un portaviones, un submarino atómico, tres   submarinos, diez destructores y otras unidades de apoyo realizarían  maniobras en el Caribe, en la cual participarían 1 000 infantes  de marina.
La situación de Cuba, en varias capitales ocupaba  los  programas estelares de los noticieros televisivos, radiales y de los más importantes periódicos. Como parte de la Guerra Psicológica se  destacaban los preparativos  bélicos realizados por Estados Unidos  en  el Caribe. 

El  general   H.  Fischer,   anunció que al terminar las maniobras mantendría una fuerza  militar en la zona constituida por cinco unidades navales y un batallón de infantes de marina. Funcionarios de la OEA, dominada por Estados Unidos,  formulaba declaraciones contra Cuba.

El "Daily News" publicó un artículo, afirmando  que  los  hombres que liberarían a Cuba eran llevados en aviones desde Miami a Guatemala para entrenarse militarmente. "The  New York Times" indicaba que fuerzas combativas estaban siendo adiestradas  por personal de Estados Unidos, con la anuencia expresa del presidente de  Guatemala, Idígoras Fuentes, quien brindó todo el apoyo a la solicitud norteamericana. 

Las  campañas  de  prensa fueron intensas.  Se presentaba  a Cuba como un  "diablo  comunista", violadora de la patria potestad y de enviar a los niños  para  la "China roja" y el "Moscú comunista" para convertirlos en "carne  enlatada". Los medios informativos reaccionarios se  hacían  eco  de cuanta noticia infame se generaba contra Cuba. 

En Brasil,  el  diputado  Josué  de Castro, acompañados de otras importantes personalidades,  constituyeron la Asociación de Defensa de la Revolución Cubana. Francisco Juliao, presidente de las Ligas  Campesinas  del estado de Pernambuco, declaraba a la prensa: "en  estos  momentos no hay un latinoamericano que sea patriota y tenga vergüenza  que no esté al lado de Fidel Castro."

La prensa reaccionaria de Argentina y  otros países de América Latina continuaban reproduciendo  los comentarios de las emisoras contrarrevolucionarias  financiada por la CIA.
 
El   presidente  guatemalteco Idígoras Fuentes, dijo  en  una  entrevista, que para resolver la amenaza fidelista no era necesario que Estados Unidos reuniera a los cancilleres, sino  darles  instrucciones a la Junta Interamericana de Defensa y recomendarle proceder sin piedad hasta exterminar a los castristas. El dictador nicaragüense Anastasio Somoza, expresó que era necesario y urgente eliminarlos a todos y les pidió a  los mercenarios  le llevaran  la barba de Fidel Castro.

El 23 de febrero el  Partido Guatemalteco del Trabajo denunció   la ubicación de  las bases de los mercenarios en Guatemala, lo que provocó un gran revuelo en ese país, contrario a la política del lacayo Idígoras. 

El   expresidente de México, general Lázaro Cárdenas señaló  que ante la amenaza a la soberanía del pueblo  de  Cuba  todos los ciudadanos del mundo debían unirse en su defensa, porque  defendiendo a Cuba se defendía la del mundo. 

El Gobierno Salvadoreño se opuso al uso de su territorio por los mercenarios y el 25 de marzo se produjo un  golpe de Estado militar, auspiciado por Estados Unidos. Muchos ciudadanos del pequeño país centroamericano,  indignados se lanzaron a las calles y fueron  ametrallados a mansalva.

Ante las protestas de América Latina el  12 de abril el presidente de Estados Unidos  John  F.  Kennedy declaró que en ningún caso intervendrían en Cuba. Muchas personas recibieron con tranquilidad esas  declaraciones mentirosas y creyeron en las palabras del señor presidente, mientras los sabotajes y las agresiones continuaban. 

El 15 de abril de 1961, ocho aviones B-26 con las insignias cubanas  bombardearon los aeropuertos de Santiago de Cuba y  San  Antonio  de los Baños y el campo de la  Fuerza  Aérea  Revolucionaria  en  La Habana, varias casas de los alrededores fueron dañadas por la metralla y 53 personas civiles resultaron heridas. 

Las agencias de prensa manipularon la información, falseando los hechos,  decían,  que  uno  de  los aviones atacantes había llegado a Miami, que el piloto era de las Fuerzas Aéreas Cubanas y junto a otros aviadores,  bombardearon  los aeropuertos y desertaron. Adlai Stevenson, embajador de Estados Unidos en Naciones Unidas defendió esas declaraciones ante el organismo internacional.

 Poco después se conocería que  todo  fue  un plan preparado por la CIA y los aviones procedían de Centro América y la CIA les pintó las insignias cubanas. El señor Adlai Stevenson, se vio obligado a admitir  que su propio gobierno lo había engañado.

El 17 de abril, se produjo la agresión,  pero la desinformación seguía predominando en las agencias de  prensa, se anunciaba que desembarcaron  1 500 hombres  en  Bahía  de Cochino por Playa Girón y Playa Larga,  que en Cuba  se  combatía,  las milicias y el Ejército cubano no  podían  detener  a  los atacantes,  se reportaban centenares de  muertos,  miles de heridos  y  prisioneros.  

Indicaban  que los contrarrevolucionarios se  levantaron en la provincia de Camagüey y que la  Isla de Pinos fue  tomada  por  los  anticastristas. Agregaron que  10 000 prisioneros fueron puestos en  libertad y se plegaron a la rebelión, que se efectuaron  con  éxito varios desembarcos por diferentes puntos del país. Decían que  en las principales ciudades, los manifestantes apoyaban a los "Libertadores". 

Las emisoras radiales desde Miami,  informaban que el pueblo cubano se  estaba sumando a los invasores, los cuales  eran recibido con flores y aplausos,  que  el Comandante Ernesto Che Guevara se  había suicidado de un balazo en la cabeza en las montañas de Pinar del Río y   que  otros dirigentes solicitaban  asilo político o huían desmoralizados hacia las montañas. 

Según esas informaciones  el "puerto de Bayamo" fue tomado por los "defensores de la democracia". Parecían desconocer que esa ciudad estaba en el centro de la antigua provincia de Oriente,  a más de 70 kilómetros de las costas. No era ningún puerto y además un símbolo de la cubanía porque sus habitantes durante la Guerra de Independencia prefirieron quemarla antes de entregarla al enemigo. Pero para el Imperialismo y sus aliados la verdad  carecía de sentido.

El 19 de abril, Fuerzas del Ejército Rebelde y de las Milicias Nacionales Revolucionarias tomaron por asalto las últimas posiciones de los mercenarios.   En menos de 72 horas la invasión financiada y dirigida por el Gobierno de Estados Unidos, fue derrotada. El pueblo de Cuba, infligían  de ese modo la primera gran derrota al Imperialismo Norteamericano en América. Los mercenarios se rendían como moscas y las vidas de todos los prisioneros, fueron respetadas y los heridos curados.

Luego se conocería que los norteamericanos tenían listo un avión con el nuevo Gobierno cubano, formado por ellos y subordinado a sus intereses. Los antiguos terratenientes, asesinos, traficantes  y funcionarios de la dictadura de Fulgencio Batista tenían listas las maletas para el retorno triunfal a la Isla.

El 24 de abril el presidente de Estados Unidos John F. Kennedy admitió la responsabilidad por la agresión contra Cuba y su total fracaso. También aceptó cambiar a sus mercenarios por alimentos, tractores y compotas para niños. 

La victoria indiscutible del pueblo cubano, derrumbó todas las mentiras y campañas desinformadoras. Salió más fortalecido y listo para enfrentar nuevos peligros como lo demuestra que el  próximo año, festejará el 50 aniversario de ese colosal triunfo.

Cincuenta años de resistencia parecía razonable para que el Gobierno de Estados Unidos cambiara su política de agresividad. La llegada del presidente Obama, significó para algunos, una esperanza de que las relaciones podrían  mejorarse. Pero contrario a los pronósticos, Obama cambió  el escenario. 

Se viven  en América Latina  otros tiempos, los gobiernos ya no son los dóciles lacayos. El  campo de la servidumbre y el deshonor se trasladó  para el  Parlamento Europeo que con espadas afiladas, manchadas de sangre,  las esgrimen para clavarlas en el pecho de los cubanos.

La derrota de esas provocaciones, terminaran como la  de Playa Girón. La Revolución Cubana saldrá más fortalecida.  Esperamos que  el señor Obama y la señora Clinton  tengan el coraje de admitir como hizo John F. Kennedy su responsabilidad de tratar de subvertir el orden, la tranquilidad y la paz de Cuba  y   han fracasado.
 
Los parlamentarios europeos que aprobaron semejante resolución de Condena a Cuba, no han medido las consecuencias de sus irresponsables decisiones.

Esa posición ofensiva al pueblo cubano, aleja a sus  gobiernos  de Cuba  en el plano   económico, político y cultural, precisamente lo que Estados Unidos quiere. Ese Parlamento se parece cada vez más a la OEA. No se debe ceder en nada.  El tiempo se encargará de ubicarlos históricamente. El primero de Mayo se  les dará una contundente respuesta.



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