jueves, 29 de noviembre de 2018

Diciembre de orgullo y compromiso





Yuzdanis Vicet Gómez
De fecundo para todos los cubanos y especial para los santiagueros, me atrevo a calificar al mes de diciembre, son 31 jornadas antecedidas por el 30 de Noviembre cuando toda la ciudad se vistió de rebeldía para sacudir los cimientos del régimen.
A solo dos días de iniciado el último mes del año desembarcó la esperanza en Los Cayuelos con Fidel al frente y como un puzzle  aritmético, 60 años y dos días después retorna sobre sus pasos, ese santiaguero por derecho de esta tierra, para ser sembrado cual grano de maíz que ya germina en suelo agradecido.
Por razones como esas y otras muchas que faltan por citar, ligar  diciembre, Fidel y Santiago es mucho más que la convergencia de un hombre y una ciudad en un mes determinado, es la fusión inequívoca de ideales, de acción, de sueños hechos realidad; es la unidad dialéctica e inevitable de pensamientos y hechos protagonizados por dos grandes del pasado, el presente y para el futuro de Cuba, Fidel y Martí.
Y significa más, es también el compromiso de un pueblo que no falló ni fallará para que siga siendo aquí donde siempre espere la victoria a todo aquel que luche por la justicia para su gente, a quien llame a cualquier puerta abierta, a quien vuelva por los rastros de las piedras arrojadas al tirano.
Pero diciembre es más, es el mes que vio vivir sus últimos días y morir en combate al Titán de Bronce, ese vástago santiaguero que como fiel hijo de Mariana, refrendó el juramento  de que quien intente apoderarse de Cuba, recogerá el polvo de su suelo anegado en sangre, y él no vaciló en regar la propia.
Por estos días rompieron sus cadenas las principales ciudades de aquí y de todo el archipiélago, avanzaron Camilo y el Che hacia el centro y occidente, mientras Almeida y Raúl unían sus tropas con las de Fidel en la Operación Santiago; fueron los días de la entrada triunfal al rendido cuartel Moncada, donde años atrás la Patria recibió la sangre de muchos de sus valerosos hijos dispuestos a ser libres o mártires.
Fue en diciembre cuando los mambises sí entraron a Santiago, esta vez disfrazados de guerrilleros con barba y uniforme verde olivo pero con el mismo corazón, luego de librar la misma lucha, como evolucionados en el tiempo para hacer justicia.
 Fue también en diciembre cuando se proclamó a Cuba Territorio Libre de Analfabetismo, una obra cultural sin igual en el mundo, un reto vencido por todos  y para todos los cubanos, una puntada más para unir al pueblo en torno a su líder y a su proyecto social, un anuncio de lo mucho que sí se logró, siguiendo el precepto de que los sueños de hoy, son las realidades de mañana.
Pareciera que este mes sacude el polvo y lega al año nuevo, la luz, la alegría, la victoria; por eso el 31 de diciembre en la Fiesta de la Bandera esperaremos el ondear que preludia prosperidad, seguros de que amén de la brisa, enero cosechará el Triunfo. El último día del año todos los santiagueros harán planes  y proyectos, soñarán porque es posible soñar en esta tierra, porque el halo mítico  que se respira, es certero presagio de júbilo y victoria.

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